Desde que conocí a estas ilustradoras, me enamoré de sus acuarelas. Tienen un aire lúgubre, misterioso o oscuro que me atrapa y hace que me quede horas mirando sus trazos y la mirada de los personajes. Tengo un par en casa, decorando un rincón de mi salón y a pesar de que llevan más de 6 años ahí colgadas, nunca me canso de verlas.
Por eso, cuando tuve la oportunidad de traerlas a la tienda, no lo dudé ni un minuto. Reconozco que no es un tipo de ilustración para todos los públicos, ni es un producto de los que se venden solos y te los quitan de las manos… Pero lo diferente, también tiene su público 🙂
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